Sitio oficial de Ubuntu Pachamama Strategic Think Tank

Un tiempo después de haber alcanzado la soberanía internacional, y coincidiendo con un contexto de la guerra fría donde habían dos polos opuestos (mundo occidental y el bloque soviético), el visionario presidente Léopold Sédar Senghor, junto con sus amigos del mundo del arte y el movimiento de la negritud, organizaron el primer festival de las artes negras (en Dakar, 1966) para derrumbar la mitología y el etnocentrismo que fueron elaboradas para justificar la trata de esclavos y el colonialismo. Artistas, políticos, deportistas… unieron sus voces para posicionar al continente y su diáspora en el ámbito de las relaciones internacionales de una manera poética; la expresión artística como la vía última de su manifestación ética o carácter-costumbre (Ethos).

Dicho contexto de elaboración identitaria en medio de la deshumanización inspiró a Aimé Cesairé a relatar su dolorosa confesión (Cahier d’un retour au pays natal y Discours sur le colonialisme) , que es el llanto de todo joven, obligado a inmigrar fuera del continente ante la falta de oportunidades y la miseria colectiva.

Cierto, fue un gran paso en la divulgación de una nueva imagen del mundo africano. Sin embargo, desde entonces, pocos pasos se han dado para posicionar a nuestro continente como una voz y cultura propia, capaz de influenciar el curso de las relaciones internacionales y la geopolítica mundial. Mas en casi todos los informes de desarrollo humano y avance sociopolítico que elaboran las grandes instituciones y centros académicos, la cuna de la humanidad sigue ocupando la última fila. Esto no se justifica viendo el potencial de sus recursos humanos y materiales. La tendencia es responsabilizar al colonialismo y el neocolonialismo; en parte sí, pero la autocrítica es un ejercicio raramente realizado en el continente.

Consciente de los esfuerzos que se están dando a nivel de las instituciones africanas para mejorar esta imagen, pero también siendo insuficiente por diversos motivos de índole individual y colectivo; viendo las perspectiva de futuro y el peso demográfico y su posible impacto en el futuro de la economía global (conforme a las indicaciones de las Naciones Unidas para 2050), lo consideramos imperativo empezar a plantear las líneas estratégicas para edificar una África más moderna y no alejada de sus valores (que en sí son universales).

Desde nuestro grupo de reflexión, formado por individuos de diversos indoles académicos y profesionales, también siendo apolíticos (no alineados a ningún organismo político), buscamos elaborar ideas con unas metodologías y un rigor científico para ayudar a los responsables político-institucionales a tomar las mejores decisiones para construir un continente más unido, democrático, económicamente inclusivo y tener una voz propia en el ámbito de las relaciones internacionales. Pero damos más énfasis a la protección medio ambiental (salvar nuestra madre tierra, la Pachamama) para crear un mundo más universal y global (vivir nuestra humanidad juntos, Ubuntu). De ahí se justifica el sentido de nuestro Think Tank. Ha llegado el momento de materializar las palabras del poeta Senghor (“Enracinement et ouverture”) con el fin de construir la unidad africana que va más allá de una simple identidad “Nación negra y cultura” (Cheikh Anta Diop).

Invitamos a todos los hijos e hijas del continente, los africanistas de la diáspora y los académicos de otras culturas interesados en África a sumar nuestras fuerzas con fin de eliminar la retórica  que, en base al etnocentrismo y los errores de nuestras sociedades presentes, nos siguen viendo desde el pasado histórico, cuando podríamos ser los hijos de una candidata que va a liderar la voz mundial del siguiente milenio gracias a su potencial humano.

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Maurice Dianab Samb, Fundador del Think Tank.

Rotterdam, 20  de junio de 2020.